viernes, 26 de junio de 2015

Historias de Amistad-Parte V

Amistad que salva vidas...

  Un día cuando era estudiante de secundaria, vi a un compañero de mi clase caminando de regreso a su casa. Se llamaba Carlos. Iba cargando todos sus libros y pensé: "¿Por qué se estará llevando a su casa todos los libros el viernes?. Yo ya tenía planes para todo el fin de semana: fiestas y un partido de fútbol con mis amigos el sábado por la tarde, así que me encogí de hombros y seguí mi camino. 
  Mientras caminaba, vi a un montón de chicos corriendo hacia él. Cuando lo alcanzaron le tiraron todos sus libros y le hicieron una zancadilla que lo tiró al suelo. Vi que sus gafas volaron y cayeron al suelo como a tres metros de él. Miré hacia arriba y pude ver una tremenda tristeza en sus ojos. Mi corazón se estremeció, así que corrí hacia él mientras gateaba buscando sus gafas. Vi lagrimas en sus ojos. 
  Le acerqué a sus manos sus gafas y le dije, "esos chicos son unos descarados, no deberían hacer esto". Me miró y me dijo:"gracias!"
  Había una gran sonrisa en su cara; una de esas sonrisas que mostraban verdadera gratitud. Lo ayudé con sus libros. Vivía cerca de mi casa. 
  Le pregunté por qué no lo había visto antes y me contó que se acababa de cambiar de una escuela privada. Yo nunca había conocido a alguien que fuera a una escuela privada. Caminamos hasta casa. Lo ayudé con sus libros; parecía un buen chico. 
  Le pregunté si quería jugar al fútbol el sábado conmigo y mis amigos, y aceptó. Estuvimos juntos todo el fin de semana. Mientras mas conocía a Carlos, mejor nos caía, tanto a mí como a mis amigos. 
  Llegó el lunes por la mañana y ahí estaba Carlos con aquella enorme pila de libros de nuevo. Me paré y le dije: 
"Hola, vas a sacar buenos músculos si cargas todos esos libros todos los días". Se río y me dio la mitad para que le ayudara. 
  Durante los siguientes cuatro años nos convertimos en los mejores amigos. Cuando ya estábamos por terminar la secundaria, Carlos decidió ir a la Universidad de Georgetown y yo a la de Duke. Sabía que siempre seríamos amigos, que la distancia no sería un problema. él estudiaría medicina y yo administración, con una beca de fútbol. Llegó el gran día de la graduación. El preparó el discurso. Yo estaba feliz de no ser el que tenía que hablar. Carlos se veía realmente bien. Era uno de esas personas que se había encontrado a sí mismo durante la secundaria, había mejorado en todos los aspectos, se veía bien con sus gafas. Tenía más citas con chicas que yo y todas lo adoraban. ¡Caramba algunas veces hasta me sentía celoso!
  Hoy era uno de esos días. Pude ver que él estaba nervioso por el discurso, así que le di una palmadita en la espalda y le dije: 
-"Vas a estar genial, amigo". Me miró con una de esas miradas (realmente de agradecimiento) y me sonrió: 
-"Gracias", me dijo. Limpió su garganta y comenzó su discurso: "La Graduación es un buen momento para dar gracias a todos aquéllos que nos han ayudado a través de estos años difíciles como tus padres, tus maestros, tus hermanos, quizá algún entrenador... pero principalmente a tus amigos. Yo estoy aquí para decirles que ser amigo de alguien es el mejor regalo que podemos dar y recibir y, a este propósito, les voy a contar una historia". 
  Yo miraba a mi amigo incrédulo cuando comenzó a contar la historia del primer día que nos conocimos. Aquel fin de semana él tenía planeado suicidarse. 
  Habló de cómo limpió su armario y por qué llevaba todos sus libros con él: para que su madre no tuviera que ir después a recogerlos a la escuela. 
  Me miraba fijamente y me sonreía. "Afortunadamente fui salvado. Mi amigo me salvó de hacer algo irremediable". Yo escuchaba con asombro como este apuesto popular chico contaba a todos ese momento de debilidad. Sus padres también me miraban y me sonreían con esa misma sonrisa de gratitud. En ese momento me di cuenta de lo profundo de sus palabras: "Nunca subestimes el poder de tus acciones: con un pequeño gesto, puedes cambiar la vida de otra persona, para bien o para mal. Dios nos pone a cada uno frente a la vida de otros para impactarlos de alguna manera". 


(esta canción de Bruno Mars, habla sobre como y cuando contamos con una de las mejores personas en nuestra vida)
Los amigos son una joya muy rara. Ellos hacen que uno sonría lo animan a que se tenga éxito en lo que se desea. Ellos saben escucharte, comparten sus palabras de aprecio y siempre quieren abrir su corazón hacia nosotros.


viernes, 19 de junio de 2015

Historias de Amistad-Parte IV

En verano una chica y un chico, se conocieron, sin saber bien como, se hicieron muy amigos. Se llevaban algunos años de diferencia, tal vez unos 4, pero a pesar de eso se trataban de cuidar mutuamente y de entender al otro. 
Pasó un tiempo y se distanciaron un poco, sin razones particulares, simplemente, por tiempo, o por dejarse estar. 
Un día ella tuvo un problema con algo de su casa que debía reparar, entonces Él se ofreció a ayudarla, ella acepto, ya que lo extrañaba mucho y era la excusa perfecta.Una semana más tarde el fue a la casa de ella y pasaron horas de horas juntos, charlando de todo, escuchándose uno al otro, riendo, abrazándose, jugando, todo había vuelto a ser como antes, la confianza seguía, el cariño seguía, la amistad seguía. Pero se hizo tarde y el tuvo que irse… se dieron un abrazo fuerte y antes de que el partiera, ella le dijo: “Te extrañaba, podrías venir más seguido, esta vez sin excusas, no para arreglarme ni ayudarme en nada, solo para vernos, somos amigos, no es verdad?” y el respondió “Te prometo volver más seguido, lo juro”, ella sonrió, le tiro un beso de lejos y tranquila entró a su casa. 
Pasaron meses, ella recordaba lo que el había prometido, pero jamás cumplido…Un día ella tuvo un problema en su casa y le escribió un mensaje, le dijo que lo quería ver, que lo extrañaba…que por favor vaya a su casa al día siguiente, que ella lo iba a esperar. 
El lo leyó, pero no le dio mucha importancia y en vez de ir al día siguiente, fue un día después del día que ella le había pedido. 
Cuando llegó tardaron en abrirle la puerta, le abrió la madre de su amiga, lo miró y lo abrazo muy fuerte.
-Gracias por venir, es muy importante para nosotros-le dijo, la mamá.

Él, extrañado respondió -de nada, me dijo que viniera ayer, pero no pude. 
-Está bien querido, nadie se lo esperaba y tampoco lo podíamos impedir. 
El chico no entendía nada, pensó que la madre se refería a que no podían impedir que ellos dos se vieran o algo por el estilo. Entonces prosiguió –Eh… ¿y dónde está ella?, subo a buscarla a su cuarto?
-¿De qué estás hablando? Ella falleció, ¿no te habías enterado?
En ese momento, a él se le paró el tiempo, se quedó mudo por unos segundos hasta que sus ojos se le llenaron de lágrimas, corrió hasta la habitación de su amiga ,  vio a todos sus amigos y familiares sentados, algunos llorando, otros rezando, otros callados, otros con la mirada perdida, pero su amiga no estaba. Él quería hablar pero no le salían las palabras. Su vida se le había venido abajo. Se dirigió a la puerta donde aún estaba la mamá de su amiga recibiendo a los que llegaban, el la miró y ella abrazándolo le dijo: -Sucedió ayer, agarró su bici, se veía tan feliz de ir a verte, lo último que dijo fue que iba a tu casa a buscarte ya que vos no habías venido, luego no volvió hasta tarde, nos llamaron unas personas, dijeron que había chocado con un auto, fue fatal, al parecer no llegó a tu casa nunca… pero hay que recordarla así, feliz como era ella, eras una de las personas que ella mas quería. Nunca la olvides, ella no te va a olvidar. ♥


 
(De la famosa serie Friends. Esta canción se convirtió en un recuerdo de esa época. ''...después de un día malo, estaré ahí para ti'', es lo que dice)


APRECIA LO QUE TIENES ANTES DE QUE SEA TARDE, PORQUE EL TIEMPO ESCAPA, LA VIDA ACABA, LA AMISTAD ES UNO DE LOS MEJOR REGALOS QUE TE DA LA VIDA, APROVECHA! 

Historias de Amistad-Parte III


A pesar de la distancia...
  Hubo una vez dos mejores amigos. Ellos eran inseparables, eran una sola alma. Por alguna razón sus caminos tomaron dos rumbos distintos y se separaron. 
  Yo nunca volví a saber de mi amigo hasta el día de ayer, después de 10 años, que caminando por la calle me encontré a su madre. La saludé y le pregunté por mi amigo. En ese momento sus ojos se llenaron de lágrimas y me miró a los ojos diciendo: murió ayer... No supe qué decir, ella me seguía mirando y pregunté cómo había muerto. 
  Ella me invitó a su casa, al llegar allí me ofreció sentarme en la sala vieja donde pasé gran parte de mi vida, siempre jugábamos ahí mi amigo y yo. Me senté y ella comenzó a contarme la triste historia. Hace 2 años le diagnosticaron una rara enfermedad, y su cura era recibir cada mes una transfusión de sangre durante 3 meses, pero ¿recuerdas que su sangre era muy rara?, sí, lo sé, igual que la tuya... 
Estuvimos buscando donadores y al fin encontramos a un señor vagabundo. 
  Tu amigo, como te acordarás, era muy testarudo, no quiso recibir la sangre del vagabundo. Él decía que de la única persona que recibiría sangre sería de ti, pero no quiso que te buscáramos, él decía todas las noches: no lo busquen, estoy seguro que mañana si vendrá... Así pasaron los meses, y todas las noches se sentaba en esa misma silla dónde estás tú sentado y rezaba para que te acordaras de él y vinieras a la mañana siguiente. Así acabó su vida y en la última noche de su vida, estaba muy mal, y sonriendo me dijo: madre mía, yo sé que pronto mi amigo vendrá, pregúntale por qué tardó tanto y dale esa nota que está en mi cajón. La señora se levantó, regresó y me entregó la nota que decía: 


''Amigo mío, sabía que vendrías, tardaste un poco pero no importa, lo importante es que viniste. Ahora te estoy esperando en otro sitio espero que tardes en llegar, pero mientras tanto quiero decirte que todas las noches rezaré por ti y desde el cielo te estaré cuidando mi querido mejor amigo. ¡Ah, por cierto, ¿te acuerdas por qué nos distanciamos? sí, fue porque no te quise prestar mi pelota nueva, jajaja, qué tiempos☺... éramos insoportables, bueno pues quiero decirte que te la regalo y espero que te guste mucho. Te quiere mucho: tu amigo por siempre ♥''



martes, 2 de junio de 2015

Historias de amistad-Parte II

AMISTAD DE TAIWAN

Mi mejor historia de amistad tuvo lugar en Taiwán. Sí, ese pequeño país-isla ubicado al Este de Asia a miles de kilómetros de Argentina, superpoblado, húmedo, impregnado de fuertes olores, colores, y motocicletas por doquier.
Había ganado una beca de estudio de idioma chino por un año, y vivir tal aventura me había hecho olvidar las diferencias culturales que tenemos con Oriente. Luego de casi dos días de viaje, llegué a Taipei donde me esperaba una minúscula habitación a compartir con siete mujeres de distintas procedencias; entre las que se encontraba Laura de rasgos indios.
Unos libros de español situados sobre un escritorio me llamaron la atención, pero mi sentimiento de autodefensa generado por tremendo shock cultural me impedía formular todo tipo de preguntas. Luego de varios días, alguien golpeó la puerta buscando a una japonesa. Laura giró tímidamente hacia mí preguntándome si por casualidad yo lo era, aunque no tuviera ojos rasgados. Le respondí: soy argentina. Ella dijo: soy ecuatoriana y estoy en Taiwán por una beca de idioma chino.
Sorprendentemente nos encontramos experimentando idénticos miedos por una cultura ajena a nosotras, pero unidas no sólo por el mismo programa de estudio sino por valores y creencias muy similares. Desde ese día, en aquel hostel, hasta el presente, aunque en países diferentes, seguimos manteniendo una amistad que más que amistad se transformó en hermandad. 

 Autora:Andrea Navas Pontoriero